La Flota Enjambre Bryar

La historia de la Flota Enjambre Bryar es breve, pero demoledora. Siendo una Flota Enjambre escindida de Leviatán, no demasiado grande teniendo en cuenta otros ejemplos registrados, logró atacar varios mundos y cobrarse su biomasa, realizando invasiones precisas y eficaces, pero midiendo mucho sus posibilidades. Evolucionaba, según las amenazas planteasen nuevos desafíos, generando así nuevas criaturas más avanzadas e inteligentes, capaces de hacer frente a aquellos que trataban de plantar cara. El Imperio T’au, Astartes, Astra Militarum e incluso fuerzas del Caos. Enemigos muy variados, que tuvieron la desgracia de toparse en algún momento con la Flota Enjambre Bryar.

Pero al final no contaba con la mayor de las ventajas de las Flotas Enjambre, su número, una debilidad inesperada en una Flota Enjambre. Cuando las fuerzas imperiales movilizaron un bloque importante de su flota para eliminar a la amenaza, mediante la aplicación de una potencia de fuego masiva, la Flota Enjambre Bryar pasó a la historia. Sin embargo, aquel momento coincidió con el cisma que partió la galaxia en dos, y de alguna manera, algunas Naves Enjambre lograron escapar de la masacre, pudiendo ser absorbidas por la Flota Enjambre Leviatán.

Bryar había desaparecido, pero ahora Leviatán contaba con toda su experiencia y adaptaciones por lo que, si nos regimos por los estándares de lo que sería una victoria tiránida, estaríamos ante el caso de una victoria absoluta. Los frentes de Octarius, Baal, y otros tantos habían sido fortalecidos gracias a esta información, a costa de perder ataques presuntamente aleatorios, en un lugar de la galaxia donde los ataques no llegaban a ningún lado, porque al fin y al cabo en el cuadragésimo segundo milenio, solo hay guerra.

Sin embargo, años después, las semillas de Bryar empezaron a brotar en lugares inesperados. Una de las características de la Flota, además de su uso intensivo de criaturas sinápticas, era el uso masivo de Genestealers. Y estos Genestealers se habían esparcido por la galaxia, desde el mismo momento de la aparición de esta Flota. Además de ser tropas de choque extremadamente competentes, los Genestealers eran capaces de llevar un mundo a la ruina de una manera más lenta, pero insidiosa y horrible. Estandartes negros y morados se alzaron en Bryaria IX, el noveno mundo de la emergente Dinastía Bryarana, extendiéndose rápidamente al resto de planetas controlados por esta dinastía, y rápidamente, al resto de mundos de los sistemas que ocupaban.

Habían vencido, su plan desarrollado desde generaciones había dado sus frutos, y ahora desde la lejanía contemplaron complacidos a un tentáculo de la Flota Enjambre Leviatan que ramificó y fue directo hacia ellos. En este, Tiránidos negros y morados, en lugar del característico blanco y morado. En unas semanas, el tentáculo había devorado todos los mundos ocupados por la Dinastía Bryarana, dispuestos para ello, a pesar del desconcierto sufrido en los primeros momentos.

La Flota Enjambre Bryar había vuelto, y esta vez no era solo una escisión de Leviatán. Era parte de Leviatán, y eso hacía que si antes era peligrosa, ahora lo fuese en extremo. Pobres de aquellos que se crucen en su camino…